Luisa Fernanda Correa – Project Manager. Marzo 2018
Según datos de la Contraloría General de la República, Durante el 2017, la economía panameña creció un 5.4%. La industria de la construcción presentó un incremento anual en su valor agregado bruto de 8.3%. Esta dinámica se basó en la ejecución, principalmente en obras de infraestructuras y proyectos de obras residenciales y no residenciales a nivel nacional. Los indicadores más importantes vinculados a la actividad, mostraron el siguiente comportamiento positivo: las edificaciones residenciales en 11.3%, las edificaciones no residenciales 12.3%, las obras de infraestructura 11.0%. En el cuarto trimestre del año, el sector construcción en su conjunto mostró un crecimiento de 6.0% en su Valor Agregado Bruto.
Si bien, en términos de PIB el sector de la construcción mostró un crecimiento en comparación con el año 2016, la realidad es que este sector muestra una importante desaceleración en términos de proyectos, metros cuadrados construidos y generación de empleos. Todo parece indica que el sector ha crecido en costos, pero no en efectividad o en ventas de nuevos proyectos.
Los costos relacionados con permisos de construcción aumentaron, del mismo modo, representantes de la Cámara Panameña de la Construcción (CAPAC) señalan que el aumento de procesos burocráticos también ha contribuido al aumento de los costos. Siendo los proyectos públicos cerca del 50% del total de los proyectos de construcción del país, cualquier retraso en permisos, pagos de subsidios o pago de los proyectos trae consecuencias negativas en la industria.
Otro elemento para considerar es la alta concentración de proyectos en Ciudad de Panamá y las restricciones de uso de suelos en diferentes sectores de la ciudad, generando una menor disponibilidad de espacios en una de las zonas de mayor demanda.
Desde el punto de vista de la demanda, vale la pena señalar que los precios de las viviendas se hacen más altos para los compradores, quienes, adicionalmente, enfrentan aumentos en las tasas de intereses hipotecarios, así como la eliminación de intereses preferenciales. Todos estos escenarios, según CAPAC, hicieron que en el 2017 hubiera una disminución total de 27% en metros cuadrados construidos en comparación con el año 2016.
Desde el punto de vista de la generación de empleos, según datos de firmas privadas de recursos humanos, señalan que este sector ha dejado de producir entre 9% y 16% puestos de empleo, afectando no solamente a los empleos directos, sino a los indirectos e incluso, los informales. De hecho, se estima que esta tendencia se mantenga en el 2018.
El mercado de viviendas de segunda mano o usadas también ha tenido un impacto negativo sobre la construcción ya que para 2017, el metro cuadrado de una vivienda usada podía estar, dependiendo de la zona, hasta US$ 1,000.00 por debajo del costo del metro cuadrado nuevo. Caso similar sucede con los costos de alquiler, donde la demanda de viviendas por debajo de US$ 1,200.00 ha aumentado considerablemente.
En resumen, si bien en términos de PIB el sector de la construcción sigue creciendo (aunque a ritmo más bajo que años anteriores) esto no se ha traducido en más metros cuadrados construidos, ni más empleos o más viviendas vendidas. Por el contrario, estos indicadores han descendido.
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